sábado, 29 de agosto de 2009

La Escala de Bristol


Supongo que para muchos, de igual forma que me ocurrió a mí, esta escala es totalmente desconocida, pero creo que tan sólo por el nombre merecía ser comentada aquí. Hay que decir que es su auténtico nombre, aunque parezca mucha casualidad, dado el nombre del blog. Si se piensa bien, es como si la providencia la hubiera creado para que aparezca aqui...

Hagamos una pequeña introducción porque la cosa tiene miga (bueno, miga y más cosas mezcladas). La escala de Bristol no es otra cosa que una escala para catalogar mierdas. Sí, habéis leído bien, mierdas... troncos, heces, cacas, zurullos, truños, ñordos, zurraspas, zoretes, boñigas, cagadas, excrementos, deyecciones, defecaciones, chocotrozos, deposiciones, majás, plastas, detritos, chorongos, cagarros, mojones, descomidas, y un largo etcétera. Si los terremotos tienen la suya, porque no la van a tener los mojones, pobrecitos…

¿Y cuál es esa escala?, os estaréis preguntando. Bien pues pasemos a echarle un vistazo a los tipos de mierdas que podemos encontrar en el arte de plantar un pino... liberar un rehén, liberar a Willy, echar troncos al aserradero, hacer aguas mayores, bajar de peso, deshacerte de tu lado oscuro (la favorita de los waries), darle olor al inodoro, sacar la leña al patio, encargar un brazo de gitano, descomer, dejar un chocolate en el baño, pintar el inodoro de marrón, sacar a Obama de la casa blanca, dejar a los niños en la piscina, y otro largo etcétera:



Como bien podéis observar tenemos ante nosotros todo el espectro de mojones que podemos encontrar (no quiero ni saber qué tipo de persona se preocupa por recopilar semejantes datos…). Partimos del tipo 1, correspondiente a un extreñimiento extremo, hasta el tipo 7, la cual es una prueba de que se puede mear por el culo. Según dice esta escala, la mejor de todas es la 4. La ideal para el ojete, claro, ya que es la que sale de forma suave y sin esfuerzo (vamos, una mierda encantadora). Creo que podemos hacer una traducción para los que no estén puestos en el idioma y así deleitarse con los detalles:

Tipo 1: Vendrían a ser como pequeñas pelotas de mierda, de tamaño de nueces aproximadamente, que pasan con mucha dificultad (estas son con las que lloras de dolor).

Tipo 2: Esta tiene forma de salchicha, pero a la vez es grumosa (suena apetitosa eh?).

Tipo 3: Esta es como una salchicha, pero tiene grietas en la superficie (se fijaron en todos los detalles).

Tipo 4: Es como una salchicha o serpiente. Suave y lisa (la mierda perfecta, arrodilláos ante ella si veis alguna, y dad gracias a dios si la habéis cagado).

Tipo 5: Son como manchas blandas de bordes irregulares, que además pasan muy fácilmente (la cosa se pone fea).

Tipo 6: Trozos esponjosos con bordes irregulares y pastosas (¿qué harán para comprobar si es pastosa?).

Tipo 7: Líquida por completo, ni un solo trozo sólido (la muerte de las mierdas).

Puede parecer que todo esto sólo ha sido una excusa para que un servidor se explayara con en un texto bastante escatológico. Pues sí, tengo que reconocerlo, pero hay otro motivo adicional, y es que esta escala tiene utilidades inimaginables. No tiene nada que envidiarle a cualquier otra escala y además es extrapolable a otros ámbitos de la vida. Por ejemplo, no estaría nada mal que se usara para corregir exámenes, creo que quedaría más explícito el mensaje si le dices a un alumno que su examen es un 7 en la escala de Bristol. De igual forma que se podrían hacer críticas de cine. Sin ir más lejor, cualquier película española no bajaría de un 5 en la escala de Bristol…

Y para terminar, me despediré con unas bonitas palabras dedicadas al tema en cuestión... pura poesía!!:

Que triste es amar sin ser correspondido
pero más triste es cagar sin haber comido

A mi me gusta cagar en alto
para ver la mierda pegando saltos
bien tranquilito y sin sobresaltos

Y removerla con un palito
hasta que salga ese olorcito
como el chocolate de un tal Paquito

No hay comentarios:

Publicar un comentario